Lo que la batalla entre los gold bugs y los crypto bros nos dice sobre las materias primas

gold bugs y cryto bros

La negociación de esta compleja clase de activos debe basarse en los fundamentales y no en una mera reacción a la inflación.

Un artículo de Alan Futerman e Ivo Sarjanovic, antiguo alumno del Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo.

Las materias primas se han vendido durante mucho tiempo a los inversores como una forma de cubrir la inflación y, entre ellas, el oro normalmente se ha presentado como la mejor cobertura contra la inflación.

Pero los inversores deben comprender que las commodities no son una clase homogénea de activos y que, más que una mera reacción a la inflación, hay que tener en cuenta diversos drivers del mercado que afectan a los recursos naturales.

Por ejemplo, el oro. El metal amarillo quedó rezagado con respecto a casi todas las demás materias primas durante el repunte que ha habido desde 2020.

Es cierto que el metal llegó recientemente a unos 2.080 dólares por onza, pero en términos reales está por debajo del máximo de 2011, que equivaldría hoy a unos 2.300 dólares.

Y si tomamos como referencia el máximo de la década inflacionista de los años 70, ahora serían casi 2.950 dólares. Las mineas y los EFT relacionados con el oro también mostraron un repunte inicial que luego decepcionó.

Los gold bugs se enfrentan a una nueva competencia por el auge de las criptomonedas.

Entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, el tamaño del mercado de criptodivisas se multiplicó por más de 19, hasta alcanzar los 2,9 billones de dólares.

El precio del Bitcoin pasó de un mínimo de unos 3.800 dólares a un máximo de unos 69.000 dólares en noviembre de 2021. Es decir, más de 18 veces desde el mínimo hasta el máximo. Otras criptodivisas, como Ethereum, lo hicieron incluso mejor.

Las criptomonedas atrajeron a los inversores, muchos de ellos jóvenes que no se sentían especialmente atraídos por el oro, ya que algunos consideraban que la industria minera era sucia y anticuada.

Algunos aficionados a las criptomonedas se sintieron atraídos por una narrativa libertaria similar a la de los inversores en oro, pero con el atractivo añadido de que las criptomonedas están descentralizadas y no tienen presencia física.

Otros se sintieron atraídos por el aspecto tecnológico del blockchain en comparación con un simple trozo de metal.

Por supuesto, el tamaño del mercado del oro es casi cuatro veces mayor que el del mercado de las criptodivisas en el pico de 11 billones de dólares, y el cambio en la política monetaria ha provocado una fuerte corrección en los mercados de criptodivisas así como en las acciones del sector tecnológico.

El oro ha repuntado.

Pero no está claro cuánto durará esta reactivación, y tanto los mercados de metales preciosos como las acciones de quienes los explotan siguen cotizando en el mismo rango que desde hace casi dos años.

Mientras tanto, otros mercados de materias primas, como la energía, los metales y los cultivos, han subido en gran medida debido a los factores fundamentales que afectan a la oferta y la demanda de los materiales reales.

Entre ellos se encuentran las políticas agresivas de biocombustibles, la transición energética, el mal tiempo que afecta a las cosechas, la pandemia de la covid-19 y, ahora, la guerra en Ucrania.

Estos factores subyacentes, junto con un aumento de la oferta monetaria que llevó la inflación a niveles imprevistos, han estado detrás de la fortaleza generalizada de la mayoría de los mercados de materias primas.

Pero los movimientos del mercado, como los repuntes de las commodities provocados por la inflación, que no están causados por cambios fundamentales en los que los desequilibrios de la oferta y la demanda provocan cambios en los precios son menos intensos.

Por ello, es importante recordar que la energía, los metales industriales, los metales preciosos, los minerales y los cultivos tienen su propia dinámica.

Aunque los mercados alcistas de materias primas duraderas tienden a explicarse por sus fundamentales, un repunte iniciado por este motivo, sin duda, puede ser más intenso como consecuencia de la propia inflación.

La energía y los metales preciosos se correlacionan mejor en algunos periodos concretos con las subidas generales de precio.

Como siempre en la inversión, el momento lo es todo.

Un ajuste al alza de las expectativas de inflación puede incentivar una carrera hacia las materias primas.

Si se abre una posición antes de ese cambio y los fundamentales apoyan la subida, la estrategia funcionará.

Pero si se entra demasiado tarde, una vez que se descuenta la inflación futura y los fundamentales empiezan a adaptarse, hay que estar preparado para las pérdidas.

Una fuerte correlación de los precios de las materias primas y la inflación no es suficiente para garantizar una buena cobertura pasiva.

Es innegable que hay razones para comprar algunas materias primas con fines de cobertura en momentos concretos.

Sin embargo, en líneas generales, este tipo de operación de compra debe considerarse en el contexto de los drivers fundamentales de esta compleja clase de activos y no como una mera reacción a la inflación.

Alan Futerman e Ivo Sarjanovic son coautores de un libro de próxima aparición Las materias primas como clase de activos: ensayos sobre la inflación, la paradoja del oro y el impacto de las criptomonedas.

El artículo se publicó originariamente en el Financial Times.

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