Por crisis bancarias como la de Credit Suisse, el sector bancario no es para un inversor value el mejor lugar para destinar sus ahorros.
Estos últimos días nos han sobresaltado los titulares de las noticias financieras con el agujero de capital de la empresa de servicios financieros Credit Suisse.
Igual que Lehman hizo saltar por los aires el sistema bancario en septiembre de 2008, marcando así el inicio de la Gran Recesión, ahora hay quien encuentra inevitables paralelismos entre ambos bancos y el momento económico que vivimos (posible recesión inflacionaria).
Sin ánimo de entrar a valorar la situación de Credit Suisse, sobre la cual no disponemos de datos suficientes, es oportuno aprovechar esta conmoción global en el sector bancario para proporcionar algunos consejos a inversores, especialmente, a los particulares, que conviene tener en cuenta por el riesgo inherente del sector.
La banca es un sector extremadamente cíclico por la naturaleza del negocio:
- Se trata de un negocio fuertemente vinculado a la marcha de los negocios, y, por ende, de la economía. Depende de la calidad de los deudores e incluso de su deseo de acceder a crédito y su facilidad para devolverlo en cada fase del ciclo. Esto genera continuos cambios de perspectivas económicas, desde las que se anclan en un profundo pesimismo hasta las que se disparan hacia la mayor de las euforias.
En consecuencia, nos encontramos con booms y shocks financieros periódicos derivados del fuerte apalancamiento consustancial al sector bancario, lo que vuelve como efecto boomerang a la propia economía (círculo vicioso o virtuoso, según sea el caso). - Y es que tiene el grave problema de que el total de fondos propios respecto a pasivos exigibles es extremadamente pequeño, por lo que cualquier agujero se lleva con facilidad todo el capital y pone al banco en una situación de extremas dificultades.
Como resultado de esa pérdida de capital (agujero), arrastra la capitalización bursátil y el valor de las acciones. En estos momentos, Credit Suisse, por ejemplo, cotiza a 0.1 su valor en libros. - Es muy difícil saber con certeza qué activos tiene un banco para hacer frente a eventuales corridas o agujeros contables, por lo que para un inversor privado se hace complicado tener una visión clara sobre los riesgos a que se enfrenta. Se puede tener una cierta idea, pero no en suficiente profundidad.
- Los bancos muchas veces son utilizados para canalizar dinero hacia sectores políticamente muy bien conectados (lobbies) o relacionados con algún tipo de poder fáctico que no representan la mejor opción de fondos prestables. Puede tratarse de activos dudosos en sectores problemáticos, países inseguros, etc.
A todo lo enumerado, aunque íntimamente relacionado, hay que añadir el temido efecto contagio. En el caso de Lehman Brothers, a la postre se identificó a esta entidad financiera como la primera pieza del dominó del sector bancario que cayó, llevándose por delante al resto del sector en 2008 y “obligando” a tomar medidas políticoeconómicas al sector público para que la economía real, altamente financiada y apalancada en nuestro mundo moderno, no se viera arrastrada por esa fuerza de arrastre.
¿Estamos ante otro cisne negro con Credit Suisse?
La teoría de los cisnes negros, de Nassim Taleb, se popularizó justo en la anterior recesión por su relación con el efecto contagio.
Nos dice que un suceso improbable para la mayoría, y que, por tanto, no ha podido ser predicho por ningún modelo existente, sorprende súbitamente a la población y a los analistas dejando tras de sí un gran impacto socioeconómico.
De este modo, solo a posteriori podrá encajarse este suceso en alguna teoría explicativa, como en el caso de Lehman. ¿Estamos ante otro cisne negro con Credit Suisse? No lo sabemos aún.
Por si acaso, Taleb, en un tuit del 1 de octubre, ante los mensajes lanzados por la entidad para aplacar las dudas, nos advertía: “Todos los rumores son falsos hasta que se niegan oficialmente”.
Como corolario, por todo lo expuesto, podemos pues concluir que, por más que nos cuenten que el bancario es un sector muy supervisado y regulado y con acceso preferente a la financiación de la banca central, hay gran opacidad y riesgo, y no es para un inversor value el mejor lugar para mantener sus ahorros.
Habrá quien ponga sobre la mesa que Wells Fargo ha sido una posición que mantenida históricamente por Warren Buffett, pero cabe recordar que precisamente este banco ha sido el más capitalizado de EE. UU., lo que le ha otorgado más solvencia.
Además, en los peores momentos (años 90, crisis subprime), de no haber sido ayudado públicamente, habría caído en una situación financiera extremadamente difícil.
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El artículo se publicó originariamente en Libertad Digital