Las crisis inflacionarias desempeñan un papel clave en el mayor peso del Estado en la economía. En el Máster de OMMA lo explicamos.
Uno de los efectos de la estanflación que no debiera pasar desapercibido a ningún observador avezado es el tamaño y el poder que acaban adquiriendo los gobiernos en fases críticas de la economía como la actual.
Durante el Máster en Economía abordamos con nuestros alumnos qué factores contribuyen al crecimiento del tamaño del Estado, en el que las crisis desempeñan un papel clave.
En el caso de las economías occidentales, dos crisis han contribuido a que el papel del poder público y político adquiera cada vez más protagonismo en la economía.
En primer lugar, la llamada Gran Recesión (crisis deflacionaria con inicio en 2007/2008) llevó a que la población mirara hacia los gobiernos pidiendo ayudas y rescates mientras daba la espalda al mercado.
Rechazó ese mismo mercado que en el boom inmediatamente anterior le había permitido vivir de manera solvente y, a veces, por encima de sus posibilidades porque la borrachera de crédito privado había permitido una actividad económica cuyo vigor no podía sostenerse en el tiempo.
Esta crisis se cebó especialmente, pues, con el sector privado al estar vinculada con un crédito que condujo al apalancamiento en exceso de familias, empresas y sistema financiero.
Esos mismos agentes (familias, empresas y sistema financiero) demandaron alguna solución a su delicada situación financiera, y el Estado, en casos de crisis subconsumistas, suele salir al rescate adquiriendo un resurgido protagonismo en la economía.
La segunda gran crisis es la actual: la inflacionaria.
Hace tiempo que los criterios de convergencia (Maastricht) saltaron por los aires en los estados miembros de la Unión Europea, lo que denota que sus cuentas públicas (fiscales y de deuda) no están precisamente saneadas.
Es cierto que el sector privado ha sacado partido todo este tiempo de los tipos de interés artificialmente bajos, pero los gobiernos sin duda han sido los grandes beneficiados de que esos bajos tipos no hayan generado tensiones inflacionistas durante bastante años.
Hasta que lo han hecho…
Un repaso por la evolución de la deuda pública en las dos grandes crisis sistémicas.
A finales de 2007, justo a las puertas de la Gran Recesión, el nivel de deuda pública sobre el PIB estaba en un idílico 36.3%.
Con la recesión, empieza a subir la deuda nacional y en 2014 este indicador rebasa el 100%.
A partir de ese momento, se corrige un poco esa tendencia hasta llegar el 95.5% de finales de 2019.
Irrumpe la crisis de la Covid-19 en el primer trimestre del año 2020 y asoma la inflación de precios de alimento, energía y otras materias primas en el último trimestre de 2021.
Todo ello afecta al gasto público y a la recaudación. El nivel de deuda pública española sobre el PIB está hoy en el 117,7% (primer trimestre 2022).
La sucesión de emergencias nacionales decretadas por los gobiernos (ahora también la climática y de suministros, ambas tan íntimamente relacionadas) está llevando a que el poder del Estado se acreciente a pasos agigantados: regulaciones, reglamentos, prohibiciones, obligaciones, nuevos tributos y subidas de los existentes, controles de precios, subvenciones, proliferación de ministerios, de organismos públicos y de nuevas competencias…
Es difícil que a nadie se le escape la colosal cantidad de medidas políticas y económicas con las que las distintas administraciones innovan diariamente.
De ahí las ineficiencias en el sistema productivo y los preocupantes déficits fiscales, sumado a la restricción de libertades.
No en vano, las épocas de crisis inflacionarias (que afectan a bienes básicos como materias primas o energía) son crisis de deuda pública y de fuerte intervención en el sistema productivo y la economía (también en la vida privada), como ya sucediera durante la crisis del petróleo de los 70 del siglo pasado.
Vale la pena en este contexto rescatar el “efecto trinquete” que Robert Higgs desarrolló en su libro Crisis y Leviatán en relación con el creciente papel del Estado durante las crisis políticas y económicas, y para ello nos remitiremos a la respuesta que ofreció a este respecto en una entrevista de 2011 a Ángel Martín Oro:
En mi trabajo, el efecto trinquete (ratchet effect) describe la forma característica en la que el gobierno, bajo las condiciones ideológicas modernas, crece durante una situación que se percibe como una emergencia nacional.
El tamaño, alcance y poder del gobierno crece abruptamente cuando el gobierno actúa para ‘hacer algo’ con el fin de disipar la amenaza.
Luego, a medida que la amenaza se elimina o reduce, el gobierno se contrae, pero no hasta el nivel que se habría llegado sin la crisis.
Por tanto, cada crisis desplaza la trayectoria del crecimiento del gobierno hacia un mayor tamaño, alcance y poder.
Robert Higgs
Hasta aquí, Higgs nos ha presentado la hipótesis general relacionada con el hecho observable de que los gobiernos incrementan su tamaño y poder con las crisis y no vuelven al estado anterior cuando éstas se quedan atrás.
Más interesante aún si cabe es su reflexión en relación con las causas del “efecto trinquete”.
Y es que la intervención crea toda suerte de intereses creados y clientelares (cambian los incentivos en una parte creciente de la gente).
Y, muy importante, una porción nada desdeñable de la población acepta de buen grado la intervención pública en épocas de crisis, lo que va unido al cambio ideológico que se produce en la misma, que acaba creyendo ciegamente en el sector público como salvador en las sucesivas emergencias nacionales que éste va declarando:
En mi formulación, las razones para el efecto trinquete son varias: una es la inercia política y legal; otra es la persistencia institucional generada por quienes operan o se benefician de las agencias gubernamentales o la nueva autoridad desencadenada por la crisis; y todavía una más -quizá la más importante- y es el cambio ideológico asociado a que el público llega a acostumbrarse al ejercicio de los nuevos poderes gubernamentales y a los esfuerzos concurrentes del gobierno para justificar estos poderes.
Otros economistas e historiadores habían descrito el efecto trinquete, pero la mayoría de ellos lo habían restringido al crecimiento fiscal.
Ninguno de ellos había desarrollado el componente ideológico con el mismo detalle de lo que he hecho yo.
El cambio ideológico, desencadenado por la superación aparentemente exitosa de una crisis importante, predispone al gobierno a crear, y al público a aceptar, un crecimiento todavía mayor del gobierno cuando tenga lugar la crisis siguiente.
Robert Higgs
Y es que mucho ha llovido desde los tiempos de Adam Smith, en los que se discutía si el papel del Estado debía centrarse en la protección interna y externa, las leyes y, si acaso, las infraestructuras.
No parece muy discutible el papel omnipresente que tiene hoy el Estado en muchas áreas de la vida pública y privada: educativa, moral, cultural, vejez, salud, empresarial, fiscalidad…
Sobre el Máster en Economía de OMMA-UFM
Los alumnos del Máster en Economía UFM-OMMA llevan años aprendiendo a entender la economía, su funcionamiento y su interrelación con otros ámbitos de la vida pública.
Nos hemos esforzado por reunir a los mejores profesores de habla hispana para conformar un cuerpo teórico y analítico integral con disciplinas como:
- La historia económica (el pasado es un gran predictor del futuro).
- La teoría del Estado (en la que reflexionamos sobre cuál es el papel del Estado en cada época histórica y cómo ha ido evolucionando su poder).
- Las políticas públicas (marco regulatorio al que se somete la producción en cada país y qué se busca con cada regulación).
- Los ciclos económicos.
- La teoría financiera.
- La microeconomía, así como fiscalidad, entre otros.
Contamos con profesores y conferenciantes de la talla de Juan Ramón Rallo, Juan Sebastián Landoni, Carlos Rodríguez Braun, Gabriel Calzada, Daniel Lacalle, Miguel Anxo Bastos, Martín Krause, Gabriel Zanotti, Peter Boettke, Lawrence H. White o Alejandro Chafuen.
Ya puedes reservar tu plaza para el Máster en Economía UFM-OMMA.
- Fecha de comienzo del Máster: 27 de octubre de 2022
- Formación online con clases en directo
- Cupos de alumnos reducido
- Un año de duración con más de 175 sesiones de 80 minutos cada una
El artículo se publicó originariamente en Libertad Digital